miércoles, 9 de noviembre de 2011
Mi mano es tu mano...
Estoy aquí,sola en la cama,pensándote...
Mil cosas me quedan por decirte y otras tantas por enseñarte, pero poco a poco...Todo llegará...
Hay un camino diminuto que separa tu mano de la mía, sólo cerrar los ojos y apareces...
Junto a ello,el deseo de tenerte cerca, de que me tengas, que es en realidad lo que ambos queremos...
Y mi mano despierta, tímidamente al principio...
Va abriéndose camino entre las sábanas frías, hostiles, insulsas...
Mi mano es tu mano, que busca...
Rodea con un solo dedo el contorno de mi pecho, uno y otro, ambos así, despacito...
Juguetea con la prominencia de mi pezón perezoso que hace caso omiso y sigue aletargado...
Tu mano se posiciona encima de la mía y distribuye sus dedos a mi antojo, pellizcando mis pezones para hacerlos despertar de su profundo sueño, y se avivan...
Alguna neurona estúpida conecta los nervios cruzados de mi cuerpo y mi sexo también despierta, lentamente, inflamándose poco a poco...
Mi mano es tu mano ya, mi deseo el tuyo, tan nuestro...
Cierro mis piernas consciente de mi desconsuelo y odio haberte dado la llave de mi intimidad.Te odio a tí, por ser, por saber, por existir...
Cierro mis manos abiertas de necesidad y te sigo maldiciendo...
Cierro mi boca y tu mano, que es la mia, la abre con movimientos forzados de pasión...
Cierro los ojos porque no quiero verte así, tan evidente, tan real, tan malditamente aparente y sigo odiándote...
Mi odio se apodera de tu mano que ha dejado de ser la mía y ahora está en mi contra, buscando todo cuanto he cerrado por miedo al dolor, todo cuanto he obviado por temor a que te lo adjudiques...
Noto como mis piernas se abren sin consentimiento, como mis pechos se erectan sin condiciones y mis manos se paralizan, te noto, tu olor se hace presencia...
Comienzas a jugar con mi vello púbico, éste se endurece y te atrapa, como red enmarañada...
Mientras sigues jugando despacito, haciendo justo lo que más odio que hagas...
Vuelvo a odiarte por hacerme sufrir de ese modo, porque disfrutas viéndome gemir, y sigues...
Vuelvo a odiarte, no una, sino mil veces...
Y en cada una de ellas sé, que puedo morir de deseo, si mi mano...Se hace tuya...