Quería quedarme así, acurrucada al compás de su respiración.
Quería sentirle respirar profundamente, navegando despacio bajo mi cabeza, como un velero que no tiene prisa por llegar a su destino.
Quería mirarle sin que él lo supiera e imaginar su boca rodeando mis labios.
Quería recrearme en sus contornos de hombre, en sus manos grandes y en su pecho amplio.
Yo quería hacerle el amor dormido, pasar mi lengua despacio por sus caderas sintiéndolas despertar.
Quería sentirle debajo de mi, atrapado entre mis piernas, como en una carcel.
Quería comprobar cómo lo movía la necesidad.
Quería apoyarme en sus manos para galoparle sintiendo cómo su sexo exigía la caricia.
Le quería en mi cama o en la suya, en la ajena o en la extraña.
Le quería pensando dentro de mi cabeza.
Le quería así, húmedo...